El contenido de este blogspot son ensayos, artículos, críticas u opiniones acerca del cine y del arte en general. Por favor, no mal-interpretar las intenciones: en el cine como en el arte no hay verdades absolutas, y lo que haya a continuación no es más que un punto de vista por momentos humilde, por momento pretenciosos. Para más info acerca de los objetivos de este espacio, por favor, remontrse a la primera nota.
"PRUEBA=NO ERROR"

La relación existente entre Favio y un gato de la fortuna chino.

Leonardo Favio ha sido considerado por la crítica porteña (la única?) como un verdadero hacedor de películas donde lo KITSCH aparece constantemente: esto es, por sobre el resto de las características, la prefabricación de los efectos, y toda la maquinaria y operaciones técnicas, narrativas, musicales, cinematográficas todas que sustentan que se dé el efecto.
En esto, estamos totalmente de acuerdo. Pero debo decir que hay algo más, algo que evita que podamos dar por hecho este enunciado, tan común hoy en día.

Me permitiré 3 apartados:

1-Lucrecia Martel en una entrevista a Favio que le encargó la revista HACIENDO CINE, hablaba de las “estampitas”, que sus películas son como “pinturitas de estampitas”. Favio responde que “claro, son las imágenes de mi infancia en Lujan de Cuyo, donde vívia con mi tía y mi abuela. Ahí los cuartos donde dormíamos estaban abarrotados de velas, rosarios e imágenes religiosas. Y eso lejos de asustarme me divertía, me sentía protegido”.

2-En paralelo, un texto de David Oubiña, titulado “La vida del Juan Moreira, en colores, con sonido y todo, a pedido del cariñoso publico”, titulo original de la película, dice “Favio se vale de personajes que no son políticamente correctos/ejemplares. La vida ejemplar implica un juicio moral y una enseñanza. Favio se vale de la imagen del GAUCHO INFAME (cita la definicición de “infame” de Fucault: todas esas vidas que estaban destinadas a transcurrir al margen de cualquier discurso y a desaparecer sin que jamás fuesen mencionados han dejado trazos breves, insicivos y con frecuencia enigmáticos, gracias a su instantáneo trato con el poder, de forma que resulta ya imposible reconstruirlas tal y como pudieron ser en estado libre.” Se convierten en mitos más que en personajes históricos, dioses más que hombre.

Pienso en otras producciones si se quiere “criollistas” del mismo período y el anterior: versiones políticamente correctas de personajes históricos, con un mensaje político claro y repetido hasta el hartazgo con diversas caretas.

3-En oriente, el gato de plástico que mueve continua e imbécilmente su brazo como arañando, protege los hogares de las malas energías y atrae al dinero.


Dice Calimescu en su ensayo sobre el Kitsch: “La clase de gusto que satisface las formas inferiores del KITSCH no deben confundirse con el gusto popular. La cultura folclórica., resultado de un proceso de creación participativa largo, orgánico y múltiple es a pesar de su apariencia a veces torpe o naive muy elaborada y refinada. El arte folclórico crece desde abajo, mientras que la “cultura de masas” se impone desde arriba”.
La hipótesis de este texto, espero que esclarecida ya, es la de pensar la obra de Favio como una obra híbrida, entre los límites de lo folclórico y lo comercial, el Kitsch.
Su estetica barroca y exaltada, los personajes “infames” con los que trabaja, responde más a una cultura centenaria mas que a una regida por las leyes de mercado. Responde a un folclore puro del que ha mamado los años más vitales de su formación. Nunca hay una valorización moral de ese mundo, y tampoco se lo muestra como algo “exótico”.

Pero como dice Humberto Eco en “Estética del mal gusto”, lo Kitsch requiere de un contexto donde la obra o el objeto sea “inadecua cuado estéticamente”. Entonces, quien no haya vivido esa cultura (la de Moreira, Gatica, Aniceto o Nazareno) desde adentro, es muy probable que perciba lo folclórico como KITSCH, que las películas de Favio se nos aparezcan como se nos aparecen los gatos “saludadores” hoy en día en cualquier supermercado chino. Nos ha sido presentado como “bien de consumo”, y no en relación a su “valor ritual”. Son INADECUADAS ESTETICAMENTE para nuestro contexto.
¡¡Qué triste!! ¡¡Qué patetico!!

Hoy ese mismo director estreno una película clave para entender ésto, como es “Aniceto”, y nadie fue a verla, y miles salen a decir que es muy KITSCH, como con asquerosidad, lo que lleva a re-ver toda su producción anterior. Es cierto que la puesta en escena era demasiado radical como para aceptarla instantáneamente, y que probablemente haya sido “inadecuada estéticamente” para este contexto de películas actuales (a esto vale preguntar ¿qué son las películas actuales y cuál es su valor cultural? ¿Bañeros 3; El secreto…?)

Me pregunto ¿porqué el KITSCH de los gatos “saludadores” es simpático, y el de Favio pareciera que no? ¿Acaso sugiere cierta “culpa” o “nostalgia” en relación a nuestra cultura? ¿Porqué una película con formulas tan probadas como “El secreto…” es tan alabada, mientras que a las de Favio es justamente eso lo que se le critica?

Muchas veces las varas con las que mide la crítica, y con las que medimos nosotros, también nos han sido “impuestas” por sistemas y escuelas educativas que han reproducido cual “gato saludador” sus “mandamientos”,y eso también guarda algo de KITSCH, y nosotros aceptamos, movemos la cabeza al son de la mano del gato, embobados. En realidad muchas veces nos dan “leyes” por “filosofía”, cuando la “filosofía” no tiene nada que ver con lo empírico. Y nosotros somos tan dependientes culturalmente que no vemos más allá de nuestra insulsa vara.

Favio siempre fue un cineasta fiel a su estilo, su vida y su gente. Creo que eso es admirable. Y encima: “Aniceto”…¿qué más se le puede pedir a un artísta?.

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